¿Para qué sirve la Terapia Gestalt?

La terapia Gestalt consiste en la aplicación de una serie de herramientas y principios que permiten facilitar el proceso de autoconocimiento del paciente, así como la toma de decisiones que implican el cambio interno y resolución de conflictos.

Principios de la terapia Gestalt:

  1. Toma de conciencia: Mediante el diálogo, el terapeuta Gestalt insta al paciente a posicionarse y observar su problemática desde nuevos puntos de vista, así como a encontrar la forma en que involuntariamente promueve dicha situación. Al tomar conciencia o “darse cuenta” de aquellos mecanismos internos que sustentan la experiencia, se hace libre de poder adoptar nuevas posiciones internas para lograr su transformación.

  2. Sanar el vínculo con uno mismo: La terapia Gestalt pone mucho énfasis en la importancia de establecer una buena relación con uno mismo, en que las herramientas internas como la fuerza o la compasión, se encuentran a favor del individuo, pudiéndose servir de las mismas en vez de ser víctima de la inercia inconsciente de las mismas. También se trabaja el auto amor, el auto respeto y el autoapoyo. Quererse a uno mismo no es ególatra, sino muy por el contrario, es la piedra angular que soporta la posibilidad de amar verdaderamente a los demás.

  3. Trabajar el aquí y el ahora: El pasado se encuentra en el aquí y el ahora como un reflejo que nos trae emociones y pensamientos. El futuro es la “elucubración” de lo que creemos que va a pasar. Pero ambas colapsan en el presente como “los efectos presentes de nuestras experiencias pasadas y las proyecciones futuras. Por tanto, todo lo que se trabaja es la realidad presente, aunque esta haga referencia a otro tiempo.

  4. Responsabilidad y transformación: La terapia Gestalt comprende que es muy importante, tras la toma de conciencia, responsabilizarse del papel jugado en las dificultades que se atraviesan. Promover entonces la voluntad real de cambio y transformación interior, así como la forma de relacionarse que permita el cambio.

Herramientas que se utilizan en la terapia:

  1. Preguntas y puntos de vista: Mediante el diálogo, el terapeuta Gestalt observa la coherencia del relato, las emociones derivadas y su expresión, así como el “desde dónde” interno en que se sitúa el paciente. Con esta información, el terapeuta apunta ideas, posibilidades y puntos de vista sobre lo que escucha y ve, que permitan al paciente ver aquello que “no quiere ver conscientemente”.

  2. Ejercicios proyectivos: Son un modelo o sistema de ejercicios personalizables que permiten mediante la visualización confrontar polaridades, partes de uno mismo que se encuentran en conflicto, desconectadas o intoxicadas. Con ello se busca la integración y adecuación de las mismas en el ego. Estos ejercicios tienen un gran resultado y potencia, siempre y cuando se realicen en el momento adecuado, cuando el paciente ha tomado suficiente conciencia y tiene las herramientas internas para trabajar y solventar dicho conflicto.

  3. Ejercicios para la semana: El terapeuta Gestalt propone una serie de ejercicios a realizar durante la semana con el fin de promover y fortalecer los cambios y trabajo realizado durante las terapias. Es de gran ayuda, pues da continuidad al proceso y asienta el trabajo realizado.

  4. Escucha activa y posición: El terapeuta Gestalt ha de encontrarse en una postura interna concreta. Su “desde dónde” ha de ser: Desde la aceptación y amor por el paciente que necesita su apoyo. Desde el “no juicio” a los problemas o defectos expuestos, sino de reconocimiento y transformación de estos con una aceptación completa de la persona en su integridad. Ha de ser capaz de generar un espacio de expresión auténtica para el paciente, de comodidad y apoyo, así como de trabajo interno y comprensión de la importancia del mismo. El terapeuta Gestalt no sólo ha adquirido conocimientos, sino que se ha trabajo internamente, por lo que, además de la experiencia del camino, tiene la capacidad de evitar las “transferencias” (tratar de transferir una idea o punto de vista propio al paciente) o “proyecciones” (ver el en paciente un reflejo de partes de sí mismo o sus dificultades y tratar de atajarlas en este como lo hace en sí mismo)

Conclusiones

Por todo ello, podemos concluir que la terapia Gestalt busca el cambio o transformación real del individuo. Entiende que la naturaleza sana natural de toda persona es buscar el bien y la felicidad. Entiende que gran parte de la experiencia que vivimos cada persona en nuestra vida, es una experiencia que, aún teniendo un detonante externo, se desarrolla y toma forma en relación con la estructura preexistente de la personalidad individual. La terapia Gestalt, ni ninguna terapia, evita el dolor o sufrimiento en ciertas situaciones de la vida. Pero en cambio sí permite transitarlas de una forma saludable, evitando deformar el Ego personal, acelerando el proceso de recuperación y mostrando formas de afrontarlo distintas. Sí es cierto que el “sanar” la propia estructura de personalidad permite evitar la repetición de problemas (vivirse atrapado en bucles similares de dolor o sufrimiento) o el incremento de los mismos.

Por último, quiero destacar que el propósito de la Terapia Gestalt no es sólo ayudar a superar una dificultad o momento difícil. No busca sólo reestablecer el sistema, sino que el paciente pueda conocerse, transformar conscientemente y por voluntad las partes insanas que vea, y a la postre, que se conozca y tenga las herramientas internas y posición para poder elegir de forma sana y coherente en su camino. 

Yo personalmente, como terapeuta Gestalt que para su formación comenzó este camino, que viví recibir terapia individual y grupal, así como supervisión, puedo decir que la terapia Gestalt me ayudo a encontrarme, reconocerme, respetarme y vivir una vida más coherente y profunda, haciendo más capaz de comprender mis experiencias y crecer mediante ellas. Poder vivir y sentir más intensamente y más conscientemente. A no experimentarme como víctima sino como co-artífice de mis vivencias.

La terapia Gestalt es más que una herramienta de restablecimiento o estabilización. Es un sistema de autoconocimiento y liberación del “yo” de las inercias adquiridas por el “Ego”. 

Autor del texto: L. Héctor Salamanca León.

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