Cómo conocerme más a mí mismo: claves para lograrlo

Muchas personas se preguntan ¿cómo conocerme más a mí mismo? En primer lugar, cabe plantear que se sabe desde la antigüedad que el camino del autoconocimiento es un proceso tanto mental como espiritual. Los caminos de las líneas ascéticas de las diferentes creencias religiosas, la Filosofía en todas sus etapas, así como la Psicología moderna, convergen en el autoconocimiento como medio o herramienta para lograr una mayor estabilidad mental y emocional, conocimiento de uno mismo y de la realidad que lo rodea, así como para lograr una mayor conexión con la concepción individual divina.

En mi opinión, convergen porque ciertamente es un proceso que desarrolla todas esas facetas, pues en realidad tienen mucho en común.

Todos nos conocemos a nosotros mismos en mayor o menor grado. Nuestra idea de nosotros mismos a menudo se ve distorsionada por un cierto grado de autoengaño o auto ocultamiento. Esto se da por diferentes motivos tales como la necesidad de mantener una buena autoimagen, el miedo a la culpa derivada de verlo, la necesidad de cambio que se impone al tomar conciencia…etc.     

conocerme a mi mismo

¿Cómo conocerme a mí mismo?

Para conocerse más a uno mismo, el primer paso es comprender qué es y cómo funciona la personalidad. Puesto que es muy complejo y debe ser bien desarrollado, no lo haré en este texto. Sí quiero destacar que la conciencia y la voluntad no residen en la personalidad, y por tanto son la palanca mediante la cual podemos observarla nuestra, así como producir cambios en ella.

Toda “toma de conciencia” de una verdad interna que antes estaba oculta, produce la necesidad de ser integrada en el “ego” o personalidad, lo que a su vez, por su adecuación, produce cambios en esta, de mayor o menor magnitud.

Lo primero que debemos hacer es preparar el terreno interior. Querernos por encima de los defectos o errores que podamos encontrar. La firme decisión de apoyarnos a nosotros mismos en el proceso de cambio y mantener esa buena relación que permite la honestidad interior y la transformación en un ambiente de amor y apoyo.

En mi experiencia, al igual que el cuerpo tiende a tratar de auto repararse y regenerarse para lograr la mayor salud física posible y adecuación al entorno y experiencia diaria, la personalidad posee mecanismos similares que sirven al mismo propósito, la salud mental. Por tanto, nuestra tendencia natural es a estar sanos o sanar mentalmente.

Incluso esa “parte oculta de partes de uno mismo” sirve a un buen propósito intermedio. El de mantener el equilibrio y estructura del ego más funcional posible, negando una verdad desestabilizadora para la que se requieren otras herramientas antes. De hecho, esto explica por qué algunas personas han reportado que la terapia Gestalt es peligrosa. Sencillamente se han aplicado mal las buenas herramientas terapéuticas que posee.

Existen diferentes herramientas con las que puedes conocerte más a ti mismo, y no tienen por qué suponer ningún coste:

Eneagrama de la Personalidad: Es una gran herramienta para poder identificar los patrones básicos de nuestra personalidad y obtener un abanico de posibles tendencias que nos dan pistas sobre de qué podríamos no estar siendo conscientes de nuestra forma de ser.    

Meditación y auto observación: Mediante la meditación se puede lograr un estado alterado de conciencia en que se puede percibir y observar la propia mente desde un punto de vista externo. La auto observación en el día a día, en la forma de reaccionar…etc, es también una poderosa herramienta.

Visualizaciones proyectivas: puedes visualizarte a ti mismo frente a ti, como un niño pequeño, como un igual o como un ser de luz pleno. Al establecer una conversación, puedes descubrir partes de ti y descubrir cosas que no esperas.

Ejercicios diarios: Ejercicios diarios que te puedan ayudar a explorar partes de ti, como los propuestos por diferentes ramas de la psicología o terapias paralelas. Por ejemplo, el “Curso de milagros”.

Probar cosas nuevas: A menudo generamos inercias entre nuestro sistema de “actuación” y las acciones que repetimos. Por ello, una forma de explorar partes desconocidas de uno mismo es tener experiencias que nos provoquen “adecuarnos” de una forma novedosa a algo nuevo. Por ejemplo, para un boxeador sería probar a ir a clases de danza clásica o meditación.

Contrastar: Preguntar al entorno cercano para obtener un feedback que puede servirnos para ver la coherencia entre la auto imagen y la imagen reflejada. Sólo ha de hacerse si se está dispuesto a escuchar agradecidamente y sin juicio. Tampoco debemos hacerlo nuestro, pues puede ser una proyección de la otra persona, pero la suma de varios feedback sí nos puede dar pistas por repetición o similitud de los detalles.

Por supuesto, todo ello, si es guiado por un terapeuta titulado, siempre será más rápido y seguro.

Conclusiones

Como he dicho anteriormente, conocerse más a uno mismo implica cambios en la personalidad en el propio proceso. Estos cambios se dan de forma natural y espontánea por la adquisición e integración de las nuevas verdades descubiertas. Este proceso es la primera fase de la liberación de la voluntad ante la inercia del ego y la base de la auto edición. Entiendo la auto edición del ego como la capacidad que adquiere una persona a lo largo de su proceso de crecimiento personal, de observar su propia personalidad, elegir qué desea cambiar de ella y poder transformarlo por si mismo, con ayuda de un terapeuta o sin ella.

A más profundizamos en el proceso de autoconocimiento, más capas o niveles podemos observar. Por ejemplo, me doy cuenta de que me importa mucho tener la mejor ropa, la mejor imagen. Luego descubro que eso es porque mi autoimagen depende en exceso de la imagen que me devuelve el entorno. Luego entiendo que en realidad me da miedo no ser valorado, aunque no suela sentirlo. Posteriormente descubro que esto se da porque en realidad yo no me valoro y necesito esa valoración del entorno. Además, veo como esto me ata y me hace no ser coherente con mis necesidades reales en aras, muchas veces, de recibir el estímulo de valoración. Al profundizar, se genera la voluntad de cambio para liberarse del castillo de mentiras que sustentan un sistema dañino para mí. Aquí se debe iniciar el proceso de auto edición y transformación por una voluntad más consciente y genuina que la que sustenta el sistema existente. 

Al poder cambiar aquello que desea desde una conciencia más amplia y profunda de uno mismo, se logra una mayor coherencia interna, sentimiento de estar ocupando el lugar correcto, de autenticidad y libertad real. Por ello, en mi opinión, es un proceso de sanación, liberación y autenticidad.

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Autor del texto: L. Héctor Salamanca León.